The day will come when you want to be able to do more with your Spanish skills than order a meal in a restaurant or ask for a discount on your hotel because the hot water didn't work. Prepare for that joyful day by reading more complex stuff written by intelligent people - some of the columnists on the opinion page at
El País, for example, one of Spain's major newspapers.
Another - very enjoyable - way to gain Spanish vocabulary on a wide variety of topics is to read translations of some of your favorite English language authors. Try a Spanish translation of books by John Grisham, Kathy Reichs, Douglas Adams, Rick Riordan, Christopher Moore, or Stephen Hawking, and amaze yourself with what quirky new Spanish terms and catchy dialogue attach themselves to your brain like cat hair on black pants. I have read each of these listed below, and loved them all for different reasons. "El Intermediario" by John Grisham is available as an audiobook too, and there are huge pronunciation benefits to be gained by listening to the book while following along with your ebook or print copy.
El Intermediario (The Broker) by John Grisham - ebook
El Intermediario (The Broker) by John Grisham - audiobook
Ningún Hueso Roto (Break No Bones) by Kathy Reichs
Guía del Autoestopista Galáctico (Hitchhiker's Guide to the Galaxy) by Douglas Adams
Percy Jackson: Ladrón del Rayo (Percy Jackson: Lightning Thief) by Rick Riordan
La Isla de la Monja del Amor (Island of the Sequined Love Nun) by Christopher Moore
La Naturaleza del Espacio y del Tiempo (The Nature of Space and Time) by Stephen Hawking and Roger Penrose
THEN, when you're good and ready and feeling the need to challenge yourself, tackle a translation. Yup, I'm serious. Whether it's something short like a knock-knock joke or something longer like, say, a column by Nicholas Kristof in response to an issue you care about, parking yourself at your standing desk (sitting is the new smoking, haven't you heard?) and working your way through it will give you vocabulary in a way nothing else can. In the meantime, take a look at my translation of Nicholas Kristof's August 26, 2015, column entitled "Lessons From the Virginia Shooting" and consider what you would have done differently with the wording, and what you would have translated the same way. You'll notice I used the longer version of the title for my translation below - "Lessons From the Murders of TV Journalists in the Virginia Shooting."
For the best language-learning, vocabulary-gaining results, compare the original English found
here to my Spanish as you go along.
In an effort to make the acquisition of vocabulary easier, I tend to stay closer to the original wording whenever possible than I would in a translation not geared as closely to language learners. My goal is to maintain every concept and nuance present in the original, while also making it possible for people to compare sentence by sentence to gain vocabulary. This is the same rule of thumb I've been following for years on my Facebook page
Learning Spanish/Aprendiendo Español, where I post mostly shorter items in both languages.
link to Nicholas Kristof's column in English
Onward! = ¡Adelante!
Lecciones de los
Asesinatos de las Periodistas de Televisión en el Tiroteo de Virginia
AUG. 26,
2015
Nicholas Kristof
Translated into Spanish by Tammy Hansen Snell
El asesinato el miércoles de dos periodistas,
mientras ellos estaban transmitiendo en vivo a una audiencia de televisión en
Virginia queda todavía en nuestras pantallas y nuestras mentes, pero es un
momento no sólo para llorar, sino también para aprender lecciones.
El horror no es sólo un macabro doble asesinato,
pero la cifra imparable de la violencia armada que toma una vida cada 16 minutos
en promedio en los Estados Unidos. Tres puntos de datos rápidas:
■ Más estadounidenses mueren en
homicidios armados y suicidios cada seis meses que han muerto en los últimos 25
años en todos los ataques terroristas y las guerras en Afganistán e Irak
combinados.
■ Más estadounidenses han muerto
por armas en los Estados Unidos desde 1968 que en los campos de batalla de
todas las guerras en la historia estadounidense.
■ Los niños estadounidenses son
14 veces más probables a morir a causa de las armas como los niños de otros
países desarrollados, según David Hemenway, un profesor de Harvard y autor de
un libro excelente sobre la seguridad de armas de fuego.
Bryce Williams, como el asesino de Virginia era
conocido por los espectadores cuando trabajaba como locutor, al parecer obtuvo
el arma utilizada para asesinar a sus ex compañeros de trabajo Alison Parker y
Adam Ward, en respuesta a la masacre de junio en una iglesia de Carolina del
Sur - un ejemplo de cómo la violencia armada engendra la violencia armada.
Williams pudo haber tenido una perturbación mental, dado que él grabó los asesinatos
del miércoles y luego los publicó en Facebook.
"He sido un polvorín humano por un tiempo ... a
la espera de ir BOOM !!!!", escribió Williams según los informes en una
larga fax enviado a ABC News después de los asesinatos.
Si o no Williams estaba loco, nuestras políticas
sobre armas son dementes - no menos importante en la que ni siquiera tienen la
verificación de antecedentes universales para mantener las armas fuera de las
manos de la gente que esté a la espera de ir boom.
La lección de la carnicería en curso no es porque
necesitemos una prohibición moderna (que plantearía cuestiones constitucionales
y ser imposible políticamente), pero que debemos abordar muertes por armas como
una crisis de salud pública. Para proteger al público, regulamos los juguetes y
los fondos de inversión, escaleras y piscinas. ¿No deberíamos regular las armas
tan en serio como regulamos los juguetes?
La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional
tiene siete páginas de reglamentos referente a escaleras, que están involucrados
en 300 muertes cada año en Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno federal no
hace lo que yo llamaría un esfuerzo serio para regular las armas, que están
involucrados en la muerte de más de 33.000 personas en Estados Unidos cada año,
según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (que incluye
los suicidios, asesinatos y accidentes).
Proponentes de armas a menudo me dicen cosas como:
¿Qué pasa con los coches? Ellos matan, también, pero no intentamos de
prohibirlos!
Los coches son en realidad el mejor ejemplo del
método de salud pública que debemos aplicar a las armas. Durante décadas, hemos
tomado medidas sistemáticamente para hacer coches más seguros: Adoptamos los
cinturones de seguridad y bolsas de aire, licencias limitadas para los
conductores adolescentes, hemos reprimido con fuerza
el manejo en estado de ebriedad y establecimos rotondas y mejores
pasos de peatones, las inspecciones de seguridad de automóviles y reglas acerca
de enviando mensajes de texto mientras se conduce.
Este método ha sido sorprendentemente exitosa. Según
mis cálculos, si tuviéramos la misma tasa de mortalidad de automóviles como en
1921, tendríamos 715.000 muertes estadounidenses cada año debido a coches.
Hemos reducido la tasa de mortalidad en más de un 95 por ciento.
Sin embargo, en el caso de las armas de fuego, la
camarilla de las armas (habilitado por los políticos cobardes) ha intentado por
años de bloquear incluso la investigación sobre la forma de reducir las muertes
por armas. La industria de las armas hizo una pistola a prueba de niños en el
siglo 19, pero hoy se ha resistido ferozmente "armas inteligentes".
Si alguien roba un iPhone, se requiere un PIN; las armas no lo hacen.
No vamos a eliminar las muertes por armas en Estados
Unidos. Pero un esfuerzo serio podría reducir las muertes por armas, por
ejemplo, un tercio, y que sería de 11.000 vidas salvadas al año.
Los Estados Unidos es un caso atípico, tanto en
nuestra falta de políticas serias referente a las armas y en nuestras tasas de
mortalidad. Profesor Hemenway calcula que la tasa de homicidios de armas de
fuego de Estados Unidos es siete veces mayor que la del siguiente país en el
mundo rico en la lista, Canadá, y 600 veces mayor que la de Corea del Sur.
Necesitamos comprobaciones universales de fondo con
el cribado más riguroso, límites a la compra de armas a uno al mes para reducir
el tráfico, los requisitos de almacenamiento seguro, marcas de número de serie
que son más difíciles de borrar, los períodos de espera para comprar una arma
de fuego - y más investigación sobre qué medidas realmente salvaría vidas. Si
el gobierno federal no va a actuar, los estados deben liderar.
Australia es un modelo. En 1996, después de un
tiroteo masivo allí, el país se unió tras de las restricciones más severas de
armas de fuego. El Journal of Public Health Policy señala que la tasa de
suicidio por arma redujo a la mitad en Australia durante los próximos siete
años, y la tasa de homicidios de armas de fuego fue casi reducido a la mitad.
Aquí en Estados Unidos, podemos también quitarnos de
terror pasiva y tomar medidas para reducir los 92 vidas reclamados cada día por
la violencia armada en los Estados Unidos. Seguramente podemos regular las
armas tan seriamente como lo hacemos con coches, escaleras y piscinas.